Greenpeace denuncia omisiones en el informe que da la razón a Nuclenor para mantener Garoña
Las asociaciones ecologistas analizan el informe. | Efe
Vitoria.- Dos visiones muy distintas sobre el informe no vinculante de la central de Santa María de Garoña, Burgos, elaborado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Nuclenor, propietaria de la planta y a la que da la razón el informe para ampliar su autorización por 10 años más, asegura que el documento es la mejor certificación de que la central es segura. Greenpeace, por su parte, considera que hay problemas de seguridad muy graves en los que el estudio ni siquiera ha entrado.
Representantes de la empresa y de la organización ecologista han comparecido por separado ante la Comisión de Medio Ambiente de las Juntas Generales de Álava.
El primero en comparecer ha sido el director de la central nuclear, José Ramón Torralbo, quien ha recordado que en sus años de funcionamiento la empresa Nuclenor ha renovado una gran parte de los más de 40.000 componentes y ha realizado más de 2.500 modificaciones del diseño original.
Torralbo ha sostenido que la situación de una central nuclear no depende tanto de los años que tenga, sino de "cómo se ha gestionado su estado", y ha añadido que 18 centrales nucleares similares en diseño a Garoña han sido autorizadas en todo el mundo a operar hasta los 60 años.
El director de Garoña se ha referido a una cuestión de la que ha hablado posteriormente Carlos Bravo, de Greenpeace, el supuesto deterioro de la vasija de la central, para afirmar que este elemento del reactor "está en perfectas condiciones" para seguir funcionando "60 años y más".
Por su parte, Bravo ha asegurado que con los datos que disponen existe una "muy grave corrosión de la vasija" de la central y ha denunciado que este aspecto no ha sido mencionado por el CSN en su informe.
El responsable de la campaña nuclear de Greenpeace ha añadido que el 70% de los tubos de penetración de las barras de combustible de la central están "agrietados y corroídos" y que incluso el elemento que sustenta el núcleo, conocido como "barrilete", está "partido por la mitad" y que sobre él se hizo en su día una reparación "chapucera".
Bravo ha denunciado los nueve incidentes que ha sufrido la central en lo que va de año y se ha centrado en uno ocurrido el 9 de mayo pasado, cuando un fallo en un elemento combustible provocó un aumento de la radiactividad en el núcleo de la central.
El portavoz de Greenpeace ha recordado que Garoña recargó combustible el mes anterior y que es "muy raro" que una barra de combustible se deteriore tan pronto con un "pinchazo", como explicó Nuclenor
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