miércoles, 16 de mayo de 2012

Los pantanos de la cuenca del Segura pierden 7 hectómetros cúbicos en la última semana


Los pantanos de la cuenca del Segura cuentan con unas reservas de 647 hectómetros cúbicos, siete hectómetros cúbicos menos que la pasada semana, según los datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, recogidos por Europa Press.

MURCIA, 16 (EUROPA PRESS)
Los pantanos de la cuenca del Segura cuentan con unas reservas de 647 hectómetros cúbicos, siete hectómetros cúbicos menos que la pasada semana, según los datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, recogidos por Europa Press.
En comparación con el año anterior, los embalses del Segura disponen de 184 hectómetros cúbicos menos que en la misma fecha de año anterior, y 362 hectómetros cúbicos más que la media que suele almacenar en esta época del año (385 hectómetros cúbicos).
Así, los pantanos de la cuenca del Segura se encuentran al 56,7 por ciento de su capacidad total.
En el conjunto del país, la reserva hidráulica se encuentra al 66,8 por ciento de su capacidad total, tras acumular esta semana 727 hectómetros cúbicos más, lo que representa un crecimiento del 1,3 por ciento respecto a los niveles de la semana anterior. En la actualidad, los embalses españoles albergan 37.131 hectómetros cúbicos de agua.
Así, esta semana, las principales variaciones se han registrado en Júcar, con variaciones de entre -20 hectómetros cúbicos, y de 245 hm3 en el Duero.
Esta semana las precipitaciones han sido escasas en toda la Península y la máxima se ha producido en Santiago de Compostela, donde se han acumulado 76 litros por metro cuadrado.
Por ámbitos, la reserva se encuentra en Galicia Costa al 72,2 por ciento; en Miño-Sil al 69 por ciento; en Cantábrico al 87,5 por ciento; en las Cuencas internas del País Vasco al 95,2 por ciento; en el Duero al 63,4 por ciento; en Tajo al 53,5 por ciento; y en Guadiana (Castilla-La Mancha y Extremadura) al 74,7 por ciento.
Mientras, la Cuenca Atlántica Andaluza está al 76,9 por ciento; Guadalquivir al 74,5 por ciento; Cuenca Mediterránea Andaluza al 64,6 por ciento; Segura al 56,7 por ciento; Júcar al 52,9 por ciento; Ebro al 73,1 por ciento y las Cuencas internas de Cataluña al 80,7 por ciento.

El medio ambiente compartido en familia determina la calidad de sueño de los niños


El medio ambiente compartido en familia determina la calidad de sueño de los niños, su descanso y perturbaciones que los despiertan periódicamente, lo que puede contribuir al desarrollo de enfermedades, concluyó un estudio.
El análisis "Influencias genéticas y ambientales sobre el sueño infantil", del Centro de Investigación del Comportamiento Saludable de la University College London, destacó que no hay estudios a gran escala sobre los factores determinantes de las características del sueño en la vida temprana.
"Esta ausencia en la investigación contrasta con la atención creciente que está atrayendo la duración del sueño en relación con el riesgo de enfermedades crónicas", según los resultados del estudio publicados esta semana en la revista estadunidense Pediatrics.
En la investigación participaron tres mil 862 niños, y el equipo exploró datos de un largo estudio poblacional para examinar las influencias genéticas y ambientales sobre la duración del sueño y dificultades para dormir en la infancia.
Los patrones de sueño fueron evaluados 15 meses después mediante una modificación del Cuestionario sobre el Sueño Breve Infantil completado por los padres.
Los resultados incluyeron una valoración de la duración del sueño nocturno y durante el día, así como la frecuencia del despertar por la noche.

La exploración mostró que la duración del sueño durante la noche fue influenciado principalmente por el medio ambiente, en 66 por ciento de los casos, y con un efecto modesto genético de 26 por ciento.
Un patrón similar se observó en la duración de la siesta durante el día, con 57 por ciento de influencia ambiental y 37 por ciento de efecto genético.
Respecto a la perturbación del sueño, los investigadores encontraron su relación en 55 por ciento con el medio ambiente compartido, y 40 por ciento con un efecto genético. Estas estimaciones fueron similares para los niños y las niñas.
Los autores del análisis plantearon la necesidad de continuar el estudio para identificar los determinantes ambientales específicos en el sueño, lo que podría fijar objetivos para intervenciones que ayuden a mejorar la calidad del sueño