26 de marzo de 2009.- Las energías renovables crecen con mucha rápidez en China. Este es un aspecto muy desconocido pero interesante en este país. Una mirada sobre los tejados de Beijing revela una gran presencia de instalaciones de agua caliente solar. A pesar de la intensa dependencia del carbón, las renovables comienzan a levantar el vuelo también en China. Su rápido crecimiento ofrece un escenario de esperanza de que en China también puede detenerse el crecimiento de las emisiones de gases que causan el cambio climático, y empezar a reducirse.
De hecho, China es el país con más instalaciones de agua caliente solar del mundo. Unos 150 millones de chinos, o 40 millones de hogares, utilizan alguna forma de tecnología solar. Esta industria genera ya decenas de miles de empleos en China. Sin embargo, a pesar de ser el Sol un recurso importante también en la producción eléctrica la tecnología fotovoltaica es muy escasa aún debido a su alto coste.
No obstante en Beijing, con una media de 3.000 horas de insolación al año, el potencial de obtención de energía eléctrica a través de instalaciones fotovoltaicas en los tejados podría suponer el ahorro anual de 260 millones de toneladas de carbón.
La producción eólica supone en la actualidad un 1,3% del total de energía consumida, pero hace solo tres años suponía un 0,001, lo cual nos da idea del rápido crecimiento que está teniendo.
De manera paternalista se escucha en demasiadas ocasiones que las renovables no sirven para satisfacer las necesidades energéticas de los grandes países en desarrollo. No obstante empieza a haber indicios palpables de que aquí, en China, las cosas se ven de manera diferente y que la apuesta por las energías renovables es patente.
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