7 de mayo de 2009.- Ayer estuve en un seminario, aquí, en San Diego, desarrollado en el marco de una colaboración establecida entre esta Universidad y la de Cambridge. El tema era el hielo, la nieve y el agua en California y en el Himalaya. Los datos no son teorías de clima ni mentiras de científicos. En California ya casi no nieva, de manera que la reserva de agua para el verano, que era la capa de nieve y hielo en la Sierra Nevada, está desapareciendo. En el Himalaya la descarga del deshielo estival a los ríos de China ha disminuido un 13% de media en los últimos 50 años, y en ciertos ríos, hasta un 40%. Hay años en que el río Amarillo no descarga agua al mar.
Yo ya me canso de decir, de escribir, que la cuenca del Tajo tiene hoy un 20% menos de agua que hace 50 años. El agua en la zona subsahariana ha disminuido en un 40% en estos mismos últimos 50 años. Por el contrario, en Inglaterra tienen un problema de desagües: Ya no saben que hacer con la cantidad de agua que reciben.
Los problemas parecen pequeños. ¿Qué mas da un poco menos de agua? De la misma manera, ¿qué más da una subida del nivel de mar?
Imaginémonos que el trasvase Tajo-Segura deja de existir, que en La Mancha no se puede regar, que el Ebro no lleva agua al Delta del Ebro. Se puede desalar agua para beber. ¿Se pueden desalar millones de metros cúbicos de agua para regar? Y en África sencillamente no hay recursos para hacerlo.
Si un millón de murcianos tiene que emigrar, ¿qué valor les queda a sus casas, a sus fincas? ¿Quién las va a comprar?
Si cien millones de subsaharianos tienen que emigrar, ¿adónde van a hacerlo?
Las civilizaciones nunca han fracasado directamente por los problemas del clima, sino por los movimientos humanos que esos cambios climáticos han provocado.
El problema del clima ha sido causado por una economía dilapidadora basada en los negocios rápidos. La crisis actual, en los EE. UU. y mucho más en España, ha sido causada por la inversión en el negocio del momento, del instante, en el negocio fácil, que no exige tecnología, sino mano de obra barata e importada, el pelotazo y la construcción. Pero la construcción no genera riqueza. Es como un banquete. La construcción dilapida recursos que no se reproducen.
Si a una persona se le dan 10 granos de trigo (crédito) puede, con ayuda del sol, sacar 100 granos: 10 para devolver, 10 para comer, 10 para volver a plantar, y 70 de ganancia. Si esa persona se come los 10 granos, come un día. ¿Y luego?
¿Qué hace uno con una casa al cabo de 80 años? ¿Con un coche al cabo de 8 años?
Esforzarse contra el cambio climático es desarrollar los negocios reproducibles, las inversiones que devuelven lo invertido una y otra vez. Seguir con la economía actual lo único que genera es crisis recurrentes.
Apostamos por la riqueza o por la buena vida hoy y la miseria mañana.
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