Las organizaciones ecologistas dan su 'visto bueno' a la energía eólica marina
- Apuestan por las energías renovables para 'descarbonizar el planeta'
- Consideran que el impacto ambiental de los parques marinos éolicos es bajo
- Son más caros que los terrestres y deben instalarse a poca profundidad
Cuenta con el 'visto bueno' de las organizaciones ecologistas y se perfila como una de las energías más rentables de cara al futuro. Sin embargo, España aún no cuenta con ningún parque eólico marino a pesar de que es el tercer país que más energía eólica terrestre produce en el mundo, tras EEUU y Alemania.
La energía eólica marina (offshore) lleva algunos años implantándose con éxito en varios países europeos -con Reino Unido y Dinamarca a la cabeza- aunque su tecnología todavía está en desarrollo.
En España aún habrá que esperar varios años (las previsiones más optimistas hablan de, al menos, tres o cuatro años) para que se construyan los primeros parques y se aproveche así parte de los 5.000 kilómetros de costa de nuestro país.
Una tecnología en desarrollo
Y es que al alto coste de construir estas plataformas -mayor que el de las instalaciones terrestres- se suma la dificultad de instalar las plataformas en algunas zonas. La tecnología actual no permite ubicar un parque marino a mucha profundidad (la media es de unos 12 metros aunque puede llegar a 22 metros), lo que limita los lugares de la costa española en los que podrían construirse: gran parte del litoral español es abrupto y alcanza gran profundidad a pocos metros de la costa.
El año pasado, los ministerios de Industria y de Medio Ambiente aprobaron el Estudio Estratégico Ambiental del litoral español con el objetivo de acotar y definir las zonas aptas para instalar molinos en el mar. El 'Mapa Eólico Marino' establece las 'zonas aptas', las 'zonas de exclusión' (en las que no se podrá construir) y las 'zonas aptas con condicionantes' para garantizar que el despliegue de esta tecnología se hará preservando el medio ambiente. A la hora de delimitar los espacios de costa autorizados, se han evitado las zonas más sensibles por migración de aves y de cetáceos.
Hasta ahora, una treintena de empresas se han mostrado interesadas en desarrollar proyectos en España, según el Ministerio de Industria. Sin embargo, el proceso administrativo es muy largo y pasarán varios años hasta que comiencen a construirse los primeros parques marinos.
'Descarbonizar el planeta'
Para lograr reducir las emisiones de C02, los ecologistas apuestan por el uso de energías renovables y abogan por aprovechar las posibilidades que ofrece el mar.
Carmen Calzadilla, científica marina de la organización Oceana, se muestra partidaria de la instalación de parques marinos: "Creemos que son necesarios para combatir los efectos que el cambio climático está provocando, para 'descarbonizar' el planeta. Apoyamos las energías renovables marinas y dentro de ellas, la eólica, porque es que la más se ha desarrollado y la más competitiva".
Respecto al impacto medioambiental, Calzadilla afirma que "la experiencia en los países del norte de Europa muestra que, en comparación con los efectos de las emisiones de CO2, el de los parques eólicos marinos "es bastante pequeño" aunque "aún hay que seguir investigando". "El beneficio compensaría en cierto modo este impacto, siempre que evitemos instalarlos en zonas protegidas. Y para eso están los estudios de impacto ambiental", explica.
Greenpeace también apuesta por esta fuente de energía. El informe 'Energía Eólica Marina en Europa', encargado por la organización ecologista a la consultora Garrad Hassan, sostiene que la energía producida en el mar podría convertirse "en el pilar del sistema europeo de suministro eléctrico".
Respecto a los daños producidos a los ecosistemas por estas instalaciones, el informe afirmaba que "son inapreciables si los comparamos con una planta eléctrica convencional".
Acidificación de los océanos
Cuatro de cada diez europeos viven junto al mar y casi el 90% del comercio exterior que se produce en la UE se realiza por esa vía. El Día Marítimo Europeo, celebrado la pasada semana en Gijón, ha servido para recordar la dependencia que tenemos del mar y las amenazas que se ciernen sobre los océanos.
Una de las más graves es la acidificación de los océanos, que está poniendo en peligro a los ecosistemas marinos. Las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sobre todo de dióxido de carbono, son las principales responsables de este fenómeno.
Los océanos tienen un papel clave a la hora de reducir la concentración de C02 en la atmósfera porque actúan como sumideros. De esta forma, consiguen amortiguar el impacto de estas emisiones y contribuir a frenar los efectos del cambio climático. Sin embargo, si se sigue emitiendo C02 a la atmósfera al ritmo actual, la composición química del océano resultará afectada, con graves consecuencias para las especies marinas.