miércoles, 4 de febrero de 2009

El negocio del deshielo

| Torrevieja duplica la exportación de sal

El negocio del deshielo

Sal acumulada en las salinas de Torrevieja. | Efe

Sal acumulada en las salinas de Torrevieja.

¿Qué tienen en común las autopistas de Suecia, las calles de Londres y las carreteras de Castilla y León? Sobre todas ellas se ha vertido sal alicantina para evitar la formación de placas de hielo.

En Torrevieja se celebra cada anuncio de temporal de frío y nieve. Sus salinas, las mayores de España, sirven sal a media Europa. Y los pedidos no cesan. Desde noviembre, han duplicado los envíos nacionales y foráneos. Cerca de 45.000 toneladas con destinos tan dispares como Madrid, Escocia o la península escandinava.

Las sucesivas oleadas de nieve han desactivado, por ahora, los conatos de crisis en la industria local. Sus 135 operarios trabajan a destajo para atender la creciente demanda. No hay tiempo para el descanso. La sal debe llegar a su destino antes que los propios copos. Aunque se trate de un sábado.

Sólo el 10% de la producción anual de las salinas se destina al deshielo de carreteras

De hecho, la planta ha establecido turnos especiales para sostener la producción en fin de semana. Siempre, claro está, a merced de la previsión meteorológica. El mal tiempo es aquí bienvenido. "Probablemente trabajemos el próximo sábado", vaticina el director de las salinas, Vicente Suárez.

El negocio del deshielo, sin embargo, no se revela tan redondo como parece. Por norma, se destina a este fin entre el 6% y el 7% de la producción anual. Sólo en temporadas excepcionales, como la presente, se supera el 10%. Pero cualquier previsión carece de sentido. Sólo cabe mirar al cielo.

"Nadie sabe con un año de antelación qué tiempo va a hacer. Los dos últimos inviernos fueron inusualmente suaves y apenas tuvimos demanda. Éste, en cambio, nos ha sorprendido a todos", admite el responsable de la explotación.

La sal viaja por mar al Reino Unido y los países nórdicos y en camiones a toda España

No es el único problema que se cierne sobre esta industria. Las sales para el deshielo son poco elaboradas, por lo que su valor en el mercado cae en picado. La repercusión de esta partida en las cifras del grupo resulta casi testimonial. Y su situación geográfica tampoco ayuda a incrementar la rentabilidad.

En el extremo sureste de Europa Occidental, Torrevieja se encuentra alejada de los principales núcleos de consumo. Por ello, los envíos internacionales se han de efectuar a bordo de grandes buques con capacidad para miles de toneladas de sal del Mediterráneo.

Por suerte, el consumo interno supone más del 40% de la producción. El sistema elegido es aquí la carretera. En camiones, se traslada hasta Andalucía, Galicia y la zona centro de la Península. No se permiten retrasos.

A pesar del buen momento, sobre el futuro de la empresa sobrevuela la amenaza de un Expediente de Regulación de Empleo. "El aumento de la demanda ha aliviado la crisis, pero no ha resuelto los problemas de competitividad", afirma Suárez. Por ahora, el frío ha congelado los despidos. Aunque los trabajadores ya temen los efectos del deshielo.

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