Se calcula que el cambio hacia dispositivos de iluminación eficientes supondrá un ahorro de casi 40 teravatios hora(equivalente al consumo de Rumanía o a 11 millones de hogares europeos) y un recorte de 15 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Esta sustitución supondrá al año un ahorro de hasta 50 euros por hogar o de entre 5.000 y 10.000 millones de euros en toda la UE, "dinero que podrá destinarse a otros fines", destacó el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs.
Según las organizaciones ecologistas, el consumo de bombillas incandescentes es de tres a cinco veces superior al de las eficientes.
Este cambio contribuirá a la reducción del consumo de energía en iluminación en un 60%, lo que equivale a unos 30 millones de toneladas de dióxido de carbono al año.
Piebalgs adelantó que el año que viene la CE trabajará con otros grupos de productos para seguir avanzando en su objetivo de aumentar la eficiencia energética.
Los consumidores tendrán la posibilidad de elegir entre lamparitas fluorescentes compactas de larga duración (l producen mayor ahorro, de un 75%) o halógenas equivalentes a las incandescentes en la calidad de iluminación, pero que suponen un ahorro de entre un 25 y un 50%.
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